Hoy en día, las grandes tiendas son una parada fundamental en los circuitos turísticos de París. Uno de cada dos visitantes de las Galeries LaFayette es un turista extranjero. Tal es la importancia de estas tiendas que se han expandido al exterior de la capital y han abierto sucursales en todo el territorio nacional e incluso internacional. Si bien hoy en día son gigantes económicos, en otra época fueron líderes en el campo del comercio minorista. Se les puede considerar como los inventores de “las compras como pasatiempo” y es innegable que han revolucionado el mundo del comercio y la venta.
Un poco de historia
El ascenso de las Grandes Tiendas (Grands Magasins) marcó el fin de las pequeñas marcas que a principios del siglo XIX se encontraban en las galerías y los pasajes sombríos de París. Estos grandes almacenes encontraron su lugar en amplios bulevares, bien iluminados y menos peligrosos, lo que les permitió aprovechar barrios menos frecuentados pero hoy míticos como Chaussée-d’Antin.
El siglo XIX es una época de grandes cambios en París: modificación profunda de los vínculos sociales, las costumbres, los estados de ánimo, aunque también de la arquitectura y el papel de la mujer, que quiere trabajar y administrar su propio dinero.
Sin embargo, todo esto se vuelve realidad gracias al nacimiento de las Grandes Tiendas. Con una arquitectura de estilo Art-Nouveau, la combinación adecuada de vidrio, hierro y cemento da como resultado una decoración suntuosa que atrae a numerosos clientes y visitantes cada día, tal y como si se tratase de un museo o un palacio.
En 1852, la noción de “compras” llega a Francia con la creación de la tienda al Bon Marché de Aristide Boucicaut.
Más tarde, las tiendas se amplían para dar origen a la Samaritana, al Bazar del Hôtel de Ville, Printemps y las Galeries Lafayette, entre otros.
Con sus grandes corredores divididos en secciones llenas de artículos de todo tipo, las Grandes Tiendas se crean, en principio, para satisfacer a una clientela mayoritariamente femenina que desea comprar por placer. Deambulamos, nos sentimos libres de explorar a nuestra manera, de tocar los artículos e incluso de probarlos, y todo eso sin la más mínima obligación de comprar. Algunos, maravillados por la idea, van incluso todos los días. Precios fijos y particularmente bajos para seducir a una clientela más amplia
Mientras que los pequeños comerciantes venden artículos costosos, únicos y hechos a la medida, las Grandes Tiendas ofrecen artículos etiquetados, a precios fijos y particularmente bajos para
seducir a una amplia clientela, proveniente principalmente de la clase media. Una mujer de clase media puede conseguir un vestido magnífico, digno de un diseñador de alta costura, a un precio imbatible.
¡Hay mucho de donde elegir! Las tiendas se reabastecen y renuevan sus artículos, se crean catálogos para promover las marcas y sus productos y la estrategia de venta invita a comprar y regresar a las Grandes Tiendas.
Hacia una clientela de lujo
Durante el siglo XX, las Grandes Tiendas alcanzaron tal magnitud que su mercado comenzó a orientarse hacia una clientela más adinerada e incluso de lujo a finales del siglo.
El desarrollo de los sistemas de transporte y la urbanización de París favorecieron el surgimiento de las grandes marcas. De esta manera, visitantes provenientes de distintos rincones del país venían para admirar la decoración de los escaparates y los maniquíes de cera.
Se organizan desfiles de moda en los pasillos de las tiendas para los clientes más adinerados que disfrutan de una taza de té mientras escogen sus atuendos. Asimismo, hay exposiciones y salones que destacan el trabajo de los artistas e inventores que innovan todo al año con el fin de promover y mostrar al público en general sus creaciones. Es el caso, por ejemplo, del Salon de l’Appareil Ménager del famoso Bazar de l’Hôtel de Ville que atrae multitudes año tras año.
Si bien algunas Grandes Tiendas han cerrado sus puertas, las más importantes todavía subsisten y se espera que sean reorganizadas, como la Samaritaine, cuya actividad cesó en 2005, pero que debe reabrir sus puertas próximamente.
Actualmente, los famosos Bon Marché, BHV, Galeries Lafayette y Printemps resuenan por todas partes y ponen en alto el nombre de la capital francesa. Consideradas como marcas de lujo, estas tiendas representan el prestigio de la capital y acogen cada año a millones de turistas curiosos por descubrir la belleza de su arquitectura.
1) Le Bon Marché
Todo comienza en 1838, durante el reinado de Louis-Philippe I, rey de Francia. Los hermanos Paul y Justin Videau fundan una tienda de ropa de casa, paraguas y artículos de costura; es el nacimiento de la tienda Au Bon Marché, ubicada en la rue de Sèvres en el distrito 7. En 1845, los hermanos Videau contratan a un tal Aristide Boucicaut. En 1853, comienza una alianza entre los tres hombres. Boucicaut toma las riendas y propone crear una tienda destinada a la clientela femenina. Así nace el principio de consumir por placer.
En 1863, Aristide y su esposa Marguerite compran la parte de los hermanos Videau y deciden reorganizar y agrandar la tienda con la ayuda del arquitecto Louis-Charles Boileau y el ingeniero Moisant (para la estructura del edificio). La pareja tiene grandes proyectos en mente.
Años 1850: nace una gran tienda
El concepto de la parisina moderna y elegante se amplía con las ideas de Boucicaut, quien ofrece una gran variedad de artículos a precios fijos y etiquetados dispuestos de tal manera que los clientes tengan ganas de comprar. Surge el principio de “satisfecho o reembolsado”, seguido por el concepto de cambio y las rebajas. Los catálogos promocionan artículos de las tiendas que se pueden comprar por correo gracias al notable desarrollo de las vías férreas.
Los trabajos se llevan a cabo en una superficie de 52 800 m² (300 m² al principio) y se pasa de un volumen de negocio de 500 000 francos a uno de 72 millones y de 12 empleados en 1852 a 1788 en 1877. Gustave Eiffel participa principalmente en algunas modificaciones de las fachadas durante 1879.
Au Bon Marché da un giro a la historia con la aparición de una nueva clase social: los empleados. Estos últimos cuentan con una caja de previsión y jubilación, pequeñas habitaciones para los más jóvenes en un sector de la tienda, ascensos en función del desempeño, un comedor gratuito y un día de descanso por semana, todo esto gracias a su empleador Aristide Boucicaut.
Asimismo, Boucicaut propone una sala de lectura para que los hombres esperen a sus esposas mientras estas van tranquilamente de compras. Los catálogos de ventas por correo contienen muestras de las telas, característica sumamente atractiva para que los clientes compren sus productos a distancia. Igualmente, se desarrolla la publicidad con la creación de afiches promocionales.
La revolución total en el mundo de la moda viene con la posibilidad de probarse las prendas en la tienda, sin ninguna obligación de comprar. Además de esto, se estandarizan las tallas, lo que marca el declive de lo hecho a medida. Los atuendos femeninos se vuelven más económicos, aunque a la moda, lo que permite llegar a una clientela mucho más amplia.
El éxito de Au bon marché y el desarrollo de los sistemas de transporte, principalmente de las primeras líneas de metro, atraen cada día a más y más personas. Los precios son tan interesantes que incluso la gente del campo y la clase obrera se sienten atraídos. En 1910, la esposa de Boucicaut hace construir un palacio con el fin de hospedar a sus clientes más destacados cerca de la tienda, el futuro hotel Lutecia.
Sin embargo, esta tienda no solo seduce a los clientes sino también a artistas como Émile Zola. Tal es su admiración, que toma como inspiración el concepto para su novela Au Bonheur des Dames (1883) en la que describe el proyecto que tenía Boucicaut de crear una templo dedicado a la mujer.
En 2012, la empresa LVMH, la mayor fortuna francesa actualmente en manos de Bernard Arnault, adquiere Le bon marché (cabe destacar que el “Au” se cambia por “Le” durante el siglo XX) y lo transforma en una tienda de lujo famosa.
Hoy por hoy, Le bon marché es una referencia en el mundo de las grandes tiendas. Siendo el principal precursor, se trata de uno de los emblemas del lujo francés que ha contribuido a determinar la imagen de la famosa parisina independiente y estilizada, que continúa seduciendo al mundo entero.
Dirección: 24 rue de Sèvres 75007 Paris
Metro: Sèvres-Babylone (lignes 10 et 12)
Página web: www.lebonmarche.com
2) Le Bazar de l’Hôtel de Ville (BHV)
En 1852, Xavier Ruel, comerciante lionés, llega a París para probar suerte. No tarda en notar que de las múltiples tiendas de la capital, la de la rue de Rivoli es la más concurrida.
Como vendedor de articulos de mercería (articulos de punto, como medias, calcetines y ropa interior, entre otros) tiene éxito rápidamente y no deja escapar la ocasión. En 1855, Ruel decide ampliar su tienda. ¿La razón? ¡Un evento poco banal que le dará los medios financieros para lograrlo! Un dia, la emperatriz Eugénie, esposa de Napoléon III, pasa delante de la tienda de Xavier Ruel. Sus caballos se encabritan y cunde el pánico. Sin embargo, Ruel, un hombre de sangre fría, logra calmarlos. Para agradecerle por tan valiente gesto, la emperatriz le obsequia una suma de dinero que el lionés no duda en utilizar para los trabajos de ampliación de su tienda que se pasaría a llamar de ahora en adelante Bazar Napoléon.
Es el inicio de un gran éxito. En 1866, su tienda abarca tres plantas en el 54 rue de Rivoli y los negocios florecen. Sin embargo, en 1900 el comerciante fallece y deja tras de sí una sociedad de 800 empleados con un valor de 12 millones de francos. Henri Viguier, nieto del difunto Ruel, se pone a la cabeza del negocio para dirigir el conocido Bazar de l’Hôtel de Ville.
Como Au bon marché, el Bazar se moderniza y comienza a vender artículos de moda a inicios del siglo XX. De hecho, durante las primeras décadas de este siglo, adquiere su fama en toda la capital y la metrópoli.
De hecho, en 1912 la tienda toma el estilo por el que se le conoce hoy en día. Con su rotonda, el arquitecto Auguste Roy da al edificio un estilo Art Nouveau en boga en esta época (el mismo estilo que se observa en el Petit y el Grand Palais).
Las Grandes Tiendas tienen la particularidad de proponer una gran variedad de actividades como exposiciones y salones. Precisamente, en 1923 en Bazar organiza para su clientela el Salon des Appareils Ménagers que llama la atención de numerosos curiosos interesados en las novedades. En esta ocasión, los clientes pueden asistir a demostraciones y probar los aparatos destinados a facilitar la vida doméstica. Tres años más tarde, el BHV se consolida como Gran Tienda especializada en artículos del hogar y diseño, lo que condicionará su imagen de marca hasta nuestros días.
Tanto en el bon marché como el Bazar de l’Hôtel de Ville son un ejemplo de compromiso con la vida de sus empleados. Sin embargo, este último pone en marcha un sistema de subsidios familiares para ayudarles a superar los daños causados por la crisis de 1929. Este sistema también toma en cuenta las nuevas leyes de 1930 y reconoce los derechos de los trabajadores (con la implementación de una normativa sobre el trabajo y los accidentes laborales).
Con la llegada al poder del Frente Popular en 1936, la nueva clase social de empleados adquiere el derecho a tener vacaciones pagadas y una disminución del tiempo de trabajo, se pasa así a la semana de 40 horas. Es inútil decir que todo esto no es sino una oportunidad que el BHV aprovecha para atraer más clientes, pero también madres y niños, lo que ofrece un nuevo nicho de mercado para desarrollar.
En los años 50, siempre a la cabeza de la innovación, el Bazar se dota de sus primeras escaleras mecánicas, lo que seduce a aún más clientes. Posteriormente, es uno de los primeros en introducir el teléfono con centralita. En los años 60 es la primera gran tienda en equiparse de un sistema de aire acondicionado, para la felicidad de su clientela.
El final de los años 90 y el inicio del siglo XXI le dan un nuevo aire al BHV, que se reorganiza, renueva sus fachadas con la instalación de escaparates exteriores, que son la sensación durante la época de fiestas. Una sección de bricolaje se instala en el sótano y se autodenomina “la caja de herramientas más grande de París”.
El BHV ha seducido a las multitudes desde sus inicios gracias a su profesionalismo y alta calidad. Además, ha sabido fidelizar a su clientela desde un principio y no deja de conquistar nuevos clientes maravillados por su historia.
Direccion: 36, rue de la Verrerie 75004 Paris
Metro: Hôtel de Ville (lignes 1 et 11)
Pagina web: www.bhv.fr
3) Printemps Haussmann
La historia de Printemps comienza en 1865, el segundo imperio está en el poder desde hace 13 años y Napoleón III es emperador de Francia.
Printemps, inaugurado el 3 de noviembre de 1865 en un inmueble suntuoso del Boulevard Haussmann, nació de la asociación de dos emprendedores, Jules Jaluzot y Jean-Alfred Duclos. Los dos hombres decidieron establecer su tienda en un barrio poco urbanizado pero prometedor: Chaussée-d’Antin. Por su cercanía a la Gare Saint Lazare, esperaban atraer gente de todos los rincones del país.
El edificio fue construido por los arquitectos Jules y Paul Sédille, padre e hijo. Suntuoso y dividido en tres plantas, su éxito está ligado a la venta de telas de excelente calidad, lo que lo hará famoso en todo el país. La comercialización de esta seda negra de calidad excepcional marca el inicio de la gran fama que conoce actualmente.
Un año más tarde, el entusiasmo del público por la tienda crece y aparecen las rebajas: se ofrecen grandes ofertas en todos los artículos que no se han vendido. Este nuevo principio es todo un éxito y la tienda atrae a un nuevo tipo de clientela, menos adinerada, pero mucho más numerosa. Mientras tanto, la crisis causa estragos y Duclot termina por retirarse del negocio. Para reforzar su fama, el lema de Printemps es vender artículos innovadores y de calidad a precios económicos. Para fidelizar a sus clientes, Printemps regala todos los 21 de marzo, primer día de la primavera, un ramo de violetas, emblema de la tienda.
Periodo de reorganización
En 1874, Printemps se amplía. Se construye un segundo edificio en otra calle que estará conectado por un puente de hierro al primero. La gran innovación son dos ascensores que se incorporan a la tienda, lo cual es totalmente inédito y seduce a numerosos clientes, principalmente a los niños, quienes lo ven como una atracción para no perderse.
Posteriormente, en 1881 se construye una cuarta fachada para acoger a una clientela cada vez más numerosa. Sin embargo, el 9 de marzo un incendio destruye todo el resto de la tienda y solo deja el edificio nuevo intacto. Al año siguiente, Paul Sédille hace demoler las otras fachadas para armonizar el conjunto. La arquitectura entra en una nueva era, la moda es el hierro y el vidrio que se encuentran tanto en la estructura de los inmuebles como en su decoración. Hoy por hoy, estas técnicas son reconocidas por los historiadores de arte y arquitectura.
Paul Sédille crea entonces una nave central y una gran escalera que serán durante largo tiempo las piezas estrella de la tienda. Asimismo, se construye un puente central interior que permite acceder a las diferentes plantas del edificio.
En 1888, Le Printemps ya es conocido por sus proezas técnicas y será el primero en equiparse con un sistema de iluminación eléctrica.
“Las tiendas Printemps son las más elegantes de París”
A partir de 1900 la tienda ostenta un estilo Art Nouveau, obra del arquitecto Charles Risler. La violeta se destaca una vez más como tema de la decoración interior. El nuevo siglo trae consigo la innovación y el cambio y es el arquitecto René Binet quien va a hacerse cargo de la construcción de un nuevo edificio en 1907 que será Printemps de l’homme y posteriormente en 1910 se inaugura Printemps de la mode.
Hoy en día, la cúpula revestida de un estilo Art Nouveau, en boga a partir del siglo XX, domina sobre el edificio a 44 metros del suelo. Dicha cúpula, inaugurada en 1910, corresponde a un estilo “lujoso” que todavía seduce a los clientes. En esta misma fecha también se inaugura la terraza de la novena planta en la que hoy podemos relajarnos, tomar una copa o simplemente admirar la vista espectacular de la ciudad.
Varios proyectos de reorganización interior se llevan a cabo en la Gran Tienda. La renuncia de Jaluzot, en 1905, le abre la puerta a Gustave Laguioni para hacerse cargo de la dirección de la marca. Este último decide modernizar Printemps y agrandar los espacios para ofrecer una mejor visibilidad de los artículos.
Durante la Gran Guerra, la tienda se convierte en uno de los pocos espacios de distracción de la ciudad. Las mujeres deambulan por los corredores y, en periodo de fiestas, los escaparates, que todavía no eran animados en aquella época, se decoran con pequeños soldados de plomo.
Por esta misma época, se ubican los primeros maniquíes en los escaparates. Estos se caracterizan por su estilo original, especialmente pensados para Printemps.
En 1921, un segundo incendio, mucho más devastador que el primero, destruye la tienda. El arquitecto Georges Wybo será el encargado de reparar los daños. Los nuevos trabajos traen consigo novedades en términos de seguridad y técnicas de edificación.
En 1923, gracias a la estación Havre-Caumartin y a una nueva línea de metro que pasa cerca a la tienda, el radio de popularidad se amplía y traspasa las fronteras de París. Numerosos visitantes vienen para asistir a las exposiciones y deleitarse con los escaparates de navidad que ofrece la tienda. En ese mismo año, se erige la cúpula de vitrales sobre el edificio del Boulevard Haussmann.
La innovación no para y en 1930 la tienda se dota de escaleras mecánicas para comunicar las diferentes plantas. Con el fin de atraer cada vez más clientes, la tienda adopta la técnica de “precio único” para los productos de uso corriente. En 1939, mientras los bombardeos se desencadenan cada vez con más violencia en Francia, amenazando el patrimonio arquitectónico del país, la cúpula de Brière se desmonta y se almacena en Clichy. En 1951, Printemps cuenta con cuatro edificios, dos escaleras mecánicas, veintidós ascensores, una terraza, un salon de belleza, un salón de té, una oficina de teatro y viajes, un estudio fotográfico y una biblioteca. En una época en la que los centros comerciales aún no existían, las Grandes Tiendas revolucionan el concepto de compras y de pasatiempo. Las áreas de venta se amplían y se encuentra de todo en la tienda. En 1975, las fachadas del edificio del Boulevard Haussmann y su cúpula entran en la lista de monumentos históricos. Cinco años más tarde, la marca abre puntos de venta fuera de París, pero conservando Printemps Haussmann como referencia.
En 2001, se dedica una planta completa al lujo. Desde entonces la marca se asocia comúnmente con este campo. Dos años más tarde, Printemps inaugura el espacio más grande del mundo dedicado a la belleza y en 2006 se consagran 3000 m² dedicados única y exclusivamente al calzado.
Actualmente, Printemps tal como se le conoce se divide en tres tiendas:
– Printemps de la moda (9 plantas)
– Printemps de la belleza y el hogar (11 plantas)
– Printemps del hombre (7 plantas)
Printemps en cifras
Durante la época navideña, decoradores famosos adornan los escaparates con personajes animados que atraen a cerca de 8 millones de curiosos durante seis semanas. La tienda del Boulevard Haussmann da la bienvenida cada año a alrededor de 7,5 millones de visitantes (1,5 millones más que la Torre Eiffel), lo que equivale a 40.000 por día en una superficie de 43 500 m², repartida en 3 edificios y 27 plantas.
Dirección: 64 boulevard Haussmann 75009 París
Metro: Chaussée-d’Antin La Fayette (líneas 7 y 9) o Havre-Caumartin (líneas 3, 9 o RER A)
Página web: www.printemps.com
4) Les Galeries Lafayette
En 1894, los primos alsacianos Alphone Kahn y Théophile Boder retoman un comercio de novedades (comercio minorista multi-especializado) situado en el 1, rue de La Fayette. Se trata nada más y nada menos que de la creación oficial del Grupo LaFayette.
Ubicado a solo unos pasos de Printemps, de la Ópera Garnier y la Gare Saint Lazare, los clientes ya frecuentan este barrio cada vez más animado, lo que empuja al dúo a ampliar su tienda en 1907. Para hacerlo, adquieren otros inmuebles en el Boulevard Haussmann. Georges Chedanne es el encargado de diseñar el edificio en un estilo Art Nouveau, propio de la época.
Cinco años más tarde, la reputación creciente de la tienda obliga a una nueva ampliación, dirigida esta vez por Ferdinand Chanut. Este último realiza para la marca una cúpula de estructura metálica en estilo Art Nouveau, la cual se transformará en un emblema de la tienda. Ubicada a 43 metros del suelo, dicha cúpula da a las Galeries LaFayette la imagen lujosa y prestigiosa que Boder desea transmitir a sus clientes, quienes quedan estupefactos ante tal grandeza. Jacques Gruber, artista cristalero, es el encargado de realizar los vitrales de la cúpula en un estilo neobizantino.
La originalidad de esta tienda se debe en parte a sus espacios “no comerciales” que atraen otro tipo de clientela, como hombres y niños. Con su salón de té, salón de belleza, biblioteca y terraza construida en el techo, las mujeres pueden disfrutar de un tranquilo día de compras mientras sus familias realizan otro tipo de actividades. Además, tienen todo a la mano: lugares donde comer algo simple si les da hambre o espacios donde retocar su peinado de ser necesario.
En una época en la que las grandes marcas están en furor y a pesar de la implantación bien marcada de grandes tiendas como Printemps o el Bazar de l’Hôtel de Ville, las Galeries proponen rápidamente 96 secciones de artículos, repartidos en cinco plantas.
En 1908, el ebanista Louis Majorelle trabaja en la creación de las balaustradas y la rampa de la escalera central, utilizando materiales en boga como el hierro forjado y el hierro estampado y basándose en una temática floral. El resultado final es una decoración interior envidiable.
“Las Galeries Lafayette, la tienda que vende las mejores mercancías de todo París.”
El director de las Galeries comprende rápidamente que la moda, los gustos y deseos femeninos cambian rápidamente. Para llegar a un público más amplio, apuesta por la comercialización de la moda a precios económicos. Para lograrlo, propone atuendos de marca propia, que el Grupo LaFayette crea por sí mismo bajo su nombre. La ropa que se vende es tan bonita como la de los diseñadores de alta costura puesto que se inspira directamente en aquellas mujeres “elegantes” que transitan las distinguidas calles de la capital. Dado que se comercializa a precios asequibles para la gran mayoría de la población, el éxito es inmediato y la tienda comienza a atraer a miles de mujeres de diversas clases sociales.
Si bien es cierto que la moda femenina es el fuerte de esta gran tienda, durante los años 1920 las Galeries deciden diversificar su oferta y se abren al mercado masculino e infantil, así como uno de productos para el hogar.
Los años 30
El estilo Art Nouveau da paso al Art Déco en 1932 para la decoración interior. El arquitecto Pierre Patout es el encargado de rediseñar el interior de la tienda para destacar el valor de la misma y evocar la idea de ocio. Los muros se decoran con ventanas en arco de Réné Lalique que brindan luz natural al establecimiento.
A partir de los años 50
En la navidad de 1951, la escalera mecánica más larga de Europa se inaugura y atrae a un sin número de gente. Ese mismo año, la cantante Edith Piaf da un concierto en el atrio de la tienda.
En 1959, se agregan dos plantas al edificio para ampliar la superficie y consagrar una parte de la tienda a la moda. En 1969, se abre una nueva tienda del otro lado de la Rue Mogador, llamada el “Club 20 ans”. Dicha tienda ofrece artículos de moda y música para adolescentes. De 1980 a 1999 se organiza cada año el Festival de la Moda, que reconoce las mejores creaciones de diseñadores seleccionados por las Galeries LaFayette. Dos años más tarde, el grafista y fotógrafo Jean-Paul Goude realiza afiches para la marca, los cuales serán determinantes no solo para su carrera, sino para la imagen de Galeries LaFayette.
Hoy por hoy, la marca es mundialmente reconocida y, de hecho, es el segundo monumento más visitado de la capital, después de la Torre Eiffel. Tal es su influencia en el turismo de la ciudad que las Galeries LaFayette ofrecen visitas guiadas gratuitas de 45 minutos para grupos de 10 a 20 personas.
Con sus 5 tiendas por todo el mundo y sus 63 en Francia, el grupo posee un total de 12.022 activos y registra un volumen de negocio de 16.217 millones de euros y cerca de un millón de visitantes por día.
Dirección : 40 boulevard Haussmann 75009 Paris
Metro : Chaussée-d’Antin La Fayette (lignes 7 et 9)
Pagina web : www.galerieslafayette.com
Nuestros hoteles recomendados en el barrio
5 estrellas:
Mandarin Oriental Paris: cerca de Printemps Haussmann y Galeries LaFayette, el hotel ofrece servicios de gama alta en un magnífico palacio idealmente ubicado a dos pasos de la plaza de la Concordia.
Hôtel Pont Royal: cerca de Le Bon Marché, con elegancia y modernidad, el personal hace todo lo posible para responder satisfactoriamente a las exigencias de sus clientes.
Le Burgundy Paris: cerca de Printemps Haussmann y Galeries Lafayette, el hotel le ofrece un lujo contemporáneo y moderno, además de un restaurante condecorado con una estrella Michelin, « Le Baudelaire ».
4 estrellas:
Idol Hotel by Elegancia: cerca de Printemps Haussmann, las habitaciones elegantes, particularmente originales y cómodas. Ubicado a 4 minutos a pie de la estación de trenes de Saint-Lazare.
Hôtel de La Tamise: cerca de Printemps Haussmann y Galeries Lafayette, en pleno corazón de París, a 8 minutos a pie del Louvre, este hotel cuenta con una vista magnífica de la ciudad.
Hôtel Odéon Saint Germain: cerca de Le Bon Marché, este hotel le ofrece un entorno excepcional para recorrer y disfrutar de la capital. (Description de l’hôtel mal traduite en espagnol, dernière phrase incompréhensible)
3 estrellas:
Hôtel Le Relais des Halles : cerca del Bazar de l’Hôtel de Ville (BHV), la atmósfera de este hotel lo seducirá y su ubicación perfecta le permitirá visitar París a su antojo.
Hôtel Augustin Astotel : cerca del Bazar de l’Hôtel de Ville (BHV) y de la estación de trenes de Saint-Lazare, este establecimiento le ofrece habitaciones modernas y bien equipadas.
Hôtel du Continent: cerca de Printemps Haussmann y Galeries Lafayette, la decoración diferente en cada planta le hará vivir una experiencia única como si estuviese de viaje por el mundo.
1 y 2 estrellas:
Hôtel Nicolo: cerca del Bazar de l’Hôtel de Ville (BHV), una mezcla perfecta de comodidad y calma a solo unos pasos de numerosos monumentos, restaurantes y tiendas (Información disponible en francés).
Hôtel France Albion: cerca de Printemps Haussmann y Galeries Lafayette, este hotel cuenta con una ubicación perfecta y su bonita fachada azul le dará la bienvenida de forma simple y calurosa.
¡Si desea una lista más detallada de las tiendas de lujo en París, lo invitamos a leer este artículo! (en francés)
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