¿Qué hacer en el barrio del Louvre aparte de ver el museo de Louvre ?

Este barrio, ubicado en pleno centro de París, es uno de los más turísticos de la capital. Dado que está bordeado por el Sena, visitarlo es particularmente agradable cuando hace buen clima. En un dia soleado, usted podrá disfrutar del magnifico Jardin de Tuileries o deambular bajo las arcadas de la Rue de Rivoli antes de visitar el museo de Louvre, mundialmente famoso no solo por su belleza, sino también por su extensión.

 

La estatua de Molière

(40 rue Richelieu, M7, 14: estación Pyramides, M1, 7: estación Palais Royal – Musée du Louvre)

Estatua Molière
Crédits © Moonik

En el número 40 de la Rue Richelieu, se eleva este maravilloso monumento a quien fue el dramaturgo más famoso de la lengua francesa. Al salir del barrio de la Ópera, tendrá la oportunidad de admirar una gran estatua de bronce que representa a Molière en plena meditación. Su construcción fue la idea de Joseph Régnier, secretario de la Comédie Française durante el final del siglo XIX, quien ordenó la construcción de la misma. Se trata sin duda alguna de una bella alusión a las artes dramáticas dado que la estatua se encuentra a dos pasos de la Comédie Française.

 

La Comédie Française

(1 place Colette, M1, 7: estación Palais Royal – Musée du Louvre)

Comédie Française
Crédits ©besopha

Se trata de toda una institución cultural que se remonta al siglo XVII y del único teatro que aún pertenece al Estado francés. Tal y como al momento de su creación, la Comédie Française se compone de una tropa de actores permanentes, denominada “Troupe des Comédiens-Français”. Visitar la sala Richelieu (sala de representación principal) será un poco complicado, puesto que no está abierta al público normalmente, sino solo un domingo por trimestre. Sin embargo, fue restaurada en 2013 y realmente vale la pena visitarla. Para participar en estas visitas excepcionales es necesario inscribirse previamente en el sitio web de la Comédie Française. Para los aficionados al teatro, existe la posibilidad de asistir a representaciones de los clásicos del teatro antiguo o francés.

Lo mejor de todo es que a pesar de la gran calidad de las representaciones, las tarifas son sorprendentemente bajas (41 euros máximo en una ubicación excepcional) y además existe la posibilidad de obtener descuentos comprando entradas de último minuto (reducción del 50%) en las taquillas de la Comédie Française, aproximadamente una hora antes de la representación. También es posible obtener entradas de “visibilidad reducida” por solo 5 euros (aunque las sillas no están garantizadas, la visibilidad no es tan reducida como parece). Y como si todo esto no fuese suficiente, los jóvenes de menos de 28 años podrán obtener entradas gratuitas el primer lunes de cada mes. Para reclamarlas solo deben dirigirse al “Petit Bureau” que se encuentra en el Hall. El teatro propone mayoritariamente representaciones nocturnas, pero también al inicio de la tarde (14:00) para aquellos que no deseen trasnochar.

 

Le Palais Royal

(1 place du Palais Royal, M1, 7: estación Palais Royal – Musée du Louvre)

Palacio Real
Crédits © Marie-Lan Nguyen

Al salir de la Comédie Française, puede tomar la Rue Saint-Honoré y admirar, casi inmediatamente a su izquierda, los edificios del Consejo de Estado, el Consejo Constitucional y el Ministerio de Cultura, que se encuentran reunidos en el inmenso Palacio Real, el cual además da su nombre a la plaza en la que se encuentra. El cardenal Richelieu fue quien compró y transformó el edificio original en 1624. Posteriormente, la construcción pasó de mano en mano entre las más altas esferas de la sociedad hasta convertirse en Palacio Real cuando Louis XIV era niño y vino a instalarse con su madre y su hermano. Durante el siglo XVIII este palacio se transformó en el centro de de la vida política y artística francesa. Fue también en esta época que el interior del palacio se renovó para adoptar un estilo Rococó, obra del arquitecto Oppenord, uno de los creadores de este estilo particularmente cargado. Durante su visita a la capital podrá visitar este gran edificio, considerado monumento histórico, y sus jardines. Sin embargo, recuerde que aunque el palacio permanece abierto, los horarios de apertura de los jardines varían en función de la temporada. Por consiguiente, planee su visita en el sitio web del Palacio Real (en francés).

 

El Jardin des Tuileries

(M1, 7: estación Palais Royal – Musée du Louvre, M1: estación Tuileries, M1, 8, 12 : estación: Concorde)

jardin des tuileries
Crédits © Jean-Pierre Dalbéra

Para refrescarse después de una larga visita al Louvre, lo ideal es ir a dar una vuelta por el gran Jardin des Tuileries, que abarca más de 25 hectáreas. Desde el Louvre, basta con pasar bajo el Arco de Carrusel (que no hay que confundir con el Arco del Triunfo) para acceder y desde la Plaza de la Concordia solo debe cruzar las rejas doradas para poder disfrutar de este jardín “francés” catalogado como patrimonio mundial de la Unesco.

En el jardín encontrará numerosas bancas, sillas y tumbonas gratuitas que puede desplazar a su gusto para disfrutar de los grandes estanques y tomar un baño de sol o hacer una pausa a la sombra. También puede alquilar un barco de vela en miniatura y hacerlo navegar en las mini olas de los estanques del jardín.

El jardín se creó por pedido de Catalina de Médici (madre de los futuros reyes de Francia François II, Charles IX y Henri III) en 1564. Un siglo más tarde, Louis XIV y su ministro Jean-Baptiste Colbert ordenaron que el jardín fuese enteramente renovado por André Le Nôtre. El jardín que conocemos hoy en dia no ha cambiado mucho desde esa época y las líneas principales del lugar siguen siendo las mismas.

Desde el jardín podrá acceder fácilmente a los numerosos museos que rodean Les Tuileries como el Musée de la Mode et du Textile (en francés) donde podrá admirar los diversos trajes que datan de épocas diferentes en una exposición que cuenta la historia de los textiles desde el siglo XIV hasta nuestros días. Un poco más lejos, si se acerca a la Plaza de la Concordia y a su obelisco, verá el Musée de l’Orangerie (en francés) cuyo objetivo inicial, como su nombre lo indica, era proteger los naranjos del jardín. Sin embargo, el edificio terminó de construirse en 1853 y poco a poco se transformó en museo. En 1920, Monet lo escogió para exponer su ciclo de Nymphéas, el cual acababa de donar al Estado. Después, la colección se fue ampliando poco a poco y actualmente, el museo de la Orangerie recopila numerosas obras impresionistas y postimpresionistas.

Por otro lado, en el extremo occidental de las Tuileries y paralelo a la Orangerie, se encuentra el  Musée du Jeu de Paume. Dicho edificio se construyó bajo el reinado de Napoleón III durante el Segundo Imperio, y en sus orígenes era un terreno para jugar a la palma (ancestro del tenis). Las dimensiones del edificio así como su arquitectura lo hacen muy similar a la Orangerie y permiten respetar la simetría del jardín. Actualmente, este museo acoge en sus 1200m² las obras de artistas, cineastas y fotógrafos contemporáneos.

Direcciones:

Musée de la Mode et du Textile : 107-111, rue de Rivoli, Paris – Distrito 1. (Cerrado los lunes. Tarifa plena: 13 euros, tarifa reducida: 10 euros, gratuito todos los días para los menores de 25 años y los estudiantes)

Musée de l’Orangerie : Jardin des Tuileries, Paris – Distrito 1. (Cerrado los martes. Tarifa plena: 9 euros, Tarifa reducida: 6,50 euros)

Musée du Jeu de Paume : 1, Plaza de la Concordia, Jardin des Tuileries, Paris – Distrito 1 (Cerrado los lunes. Tarifa plena: 10 euros, tarifa reducida: 7,50 euros, gratuito para todos los estudiantes y los menores de 25 años el último martes de cada mes).

 

La Plaza de la Concordia

(M1, 8, 12: estación Concorde)

Plaza de la Concordia Plaza de la Concordia

A la salida del jardín de Tuileries se topará directamente con el tráfico desenfrenado de la Plaza de la Concordia. Dicha plaza fue construida por Gabriel, el arquitecto de Louis XIII, y se considera como la disposición urbana más monumental y representativa del Siglo de las Luces. En efecto, en el siglo XVIII los arquitectos dejan un poco de lado el estilo rococó, excesivamente cargado, para orientarse hacia algo más clásico, inspirado en la Grecia y Roma antiguas. Este cambio de paradigma da origen al estilo neoclásico. La Plaza de la Concordia, con su estilo octagonal, es un claro ejemplo del mismo. Además de esto, su importancia es innegable puesto que jugó un papel importante durante la Revolución Francesa. Durante esta épocas fue un lugar de reunión importante, pues fue justamente allí donde se instaló la guillotina donde Louis XVI y María Antonieta fueron decapitados.

Sin embargo, la Concordia ha cambiado significativamente desde que fue reorganizada durante el siglo XIX. Fue principalmente en esta época que la mayoría de esculturas, las dos fuentes y el obelisco (regalo de virrey de Egipto a Charles X) que domina la plaza fueron ubicados en la plaza. Más tarde, se agregaron esculturas que representaban las otras ocho ciudades francesas principales, con el fin de decorar los ocho ángulos que delimitan la plaza. Si le da la espalda a las Tuileries, puede observar a su izquierda y del otro lado del Sena, el Palacio Bourbon, sede de la Asamblea Nacional Francesa. Frente a usted, tendrá una vista fabulosa de los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo e incluso los edificios de la Défense un poco más lejos. La avenida que se abre a su derecha lo lleva directo a la Madeleine. Finalmente, si atraviesa la plaza, puede acceder a la embajada de los Estados Unidos.

Si bien la Concordia es un plaza grandiosa, permanece extremadamente congestionada por el tráfico. Ir e intentar cruzarla de día, especialmente durante las horas punta, puede convertirse en todo un desafío. Por eso le aconsejamos ir a dar una vuelta por la noche. Esto le permitirá admirar los recubrimientos de oro y los monumentos iluminados. Así evitará además el desagradable sonido del claxon de los coches y sus fotos no se arruinarán con la circulación incesante.

 

Las arcadas de la rue de Rivoli

(M1, 8, 12: estación Concorde, M1, 7: estación Palais Royal – Musée du Louvre, M1: estación Louvre Rivoli)

Arcadas rue Rivoli
Crédits © Guilhem Vellut

Si decide dar media vuelta y pasar por el Jardín de Tuileries, podrá pasar por las arcadas de la rue Rivoli. La parte de las arcadas que se extiende de la Plaza de la Concordia hasta la estatua de Juana de Arco acoge grandes tiendas de lujo. Hay algo para todos los gustos, pero lastimosamente no para todos los presupuestos. Entre las tiendas de gama alta y accesorios a la medida, puede hacer una parada en la librería anglosajona W.H. Smith (en inglés) o ir a degustar un delicioso postre o un apetitoso desayuno en el famoso salón de té Angelina (en francés). No obstante, para esta parada gastronómica deberá armarse de paciencia, ya que la fama y la belleza del lugar atraen a un gran número de curiosos. Por lo tanto, es posible que tenga que esperar cierto tiempo para que lo ubiquen en una mesa.

Si lo que busca es un ambiente mucho más de “bar chic parisino” le aconsejamos el brunch de Le Fumoir (en francés). Asimismo, la rue de Rivoli está bordeada de hoteles de lujo y de palacios como el Hôtel Cambon, The Westin Paris Vendôme, o el Le Meurice. A partir de la estatua de Juana de Arco, las marcas se vuelven menos lujosas y encontrará numerosas tiendas de recuerdos donde podrá comprar una gran variedad de postales; sin embargo, tenga cuidado con las tiendas especialmente destinadas a turistas. El resto de la rue de Rivoli se extiende hasta el corazón de uno de los barrios más emblemáticos de París, Le Marais, pasando por Chatelet y el Hotel de Ville de París. En esta calle encontrará numerosas braserías y tiendas de ropa a precios asequibles.

Las direcciones:

W.H. Smith: 248, rue de Rivoli, París – Distrito 1.

Salon de thé Angelina: 226, rue de Rivoli, Paris – Distrito 1.

Le Fumoir: 6, rue de l’Amiral de Coligny, Paris – Distrito 1.

Hôtel Cambon: 3, rue Cambon, Paris – Distrito 1.

The Westin Paris Vendôme: 3, rue de Castiglione, Paris – Distrito 1.

Le Meurice: 228, rue de Rivoli, Paris – Distrito 1.

 

Hablemos un poco del museo de Louvre

(99 rue de Rivoli, M1, 7: estación Palais Royal – Musée du Louvre, M1: estación Louvre Rivoli)

Louvre

El museo de Louvre se ubica del otro lado de la plaza del Palacio Real y sus numerosos edificios se extienden hasta el muelle François Mitterrand que bordea el Sena. Este museo constituye sin lugar a dudas una etapa inevitable de cualquier visita a la capital.

Si bien el Louvre es imperdible, su historia es con frecuencia desconocida. En efecto, este espléndido museo que se extiende por más de 60 000 m² no siempre fue un museo. En principio, en la ubicación actual del Louvre se encontraba una fortaleza, construida en 1190 por Philippe-Auguste, que se extendía por la parte suroccidental del Cour Carrée actual. En 1546, el rey François I decide transformar esta construcción medieval en un lujoso palacio. Bajo la dirección de Pierre Lescot, los trabajos dan como resultado un edificio de estilo renacentista. Los trabajos continuarán bajo el reinado de Henri II y Charles IX. La organización y decoración interior del Palacio de Louvre se llevarán a cabo bajo el reinado de Louis XI y Louis XIII. Sin embargo, el proyecto se interrumpe en 1678 cuando Louis XIV decide alejarse del centro de París e instalarse de manera definitiva en el Palacio de Versailles, abandonando así el Palacio de Louvre.

Ahora bien, el Louvre no se transforma inmediatamente en museo dado que sirve de depósito para almacenar las obras de arte de la familia real. El proyecto de la creación de un museo nacional y público no surge sino bajo la Revolución, época en la que el antiguo palacio se transforma en el Museo Central de Artes de la República. En este periodo se exponen algunos cientos de obras para que el público revolucionario pueda admirarlas.

No obstante, en esta época el Louvre no es solamente un museo, y numerosos artistas, como David, Verney, Isabey, entre otros, viven en los antiguos apartamentos que están cerrados al público. Asimismo, numerosos comercios se instalan cada día en los pasajes del Louvre, donde incluso se encuentran barracas construidas contra las fachadas del museo. En 1800, durante el reinado de Napoleón, este ordena la expulsión de los comerciantes y residentes del museo, dado que desea ampliarlo y protegerlo, puesto que temía que uno de los mercaderes o residentes provocase un incendio que destruyera la colección creciente, que ya en esta época alcanzaba un valor inestimable.

Actualmente, las colecciones del museo son bastante variadas. El Louvre cuenta con una gran colección de arte occidental que va desde la Edad Media hasta 1848 y con colecciones de civilizaciones antiguas (oriental, egipcia, griega, etrusca y romana) y de artes del Islam. En este museo podrá admirar las obras de arte más bellas del mundo y quizás también la misteriosa sonrisa de la Monalisa, si logra abrirse paso entre la multitud de turistas que la rodean.

Tanto el museo como su sitio web están muy bien organizados, puesto que todas las obras de arte se encuentran referenciadas en línea. También es posible planificar el recorrido con anticipación, para no perderse una vez en el museo. Asimismo, puede descargar una audioguía muy completa en su teléfono o tableta, por la módica suma de 1.79 euros, y escoger entre una variedad de visitas guiadas temáticas, en función de los temas o colecciones que más le interesan. Sin embargo, le recordamos que es necesario reservar esas visitas con antelación. La página web también le evitará horas de cola a la entrada del museo, pues puede reservar su billete en línea. La relación calidad-precio es bastante ventajosa si se toman en cuenta el lugar, la calidad de las exposiciones y las tarifas bastante razonables (12 euros tarifa plena para la exposición permanente, 13 euros para las exposiciones secundarias del Hall Napoleón y 17 euros por una entrada doble). En temporada baja, de octubre a marzo, el acceso a la exposición permanente es gratuito el primer domingo de cada mes. Los jóvenes, menores de 18 años o menores de 25 residentes en la Unión Europea, tienen acceso gratuito a la colección permanente todo el año.

Para una visita con calma, le recomendamos evitar visitarlo los fines de semana y días de fiesta y escoger más bien un dia entre semana por la mañana o eventualmente la visita nocturna del jueves (hasta las 21:45). El museo cierra todos los martes.

Consejo: en caso de mucha afluencia o calor extremo, no dude en ir a dar un paseo por las salas de los etruscos, los romanos y los griegos en la planta baja o el entresuelo. Estas salas no son forzosamente las mas concurridas y de seguro podrá tomarse un respiro y disfrutar de un momento de calma entre las estatuas antiguas.

Sin embargo, el museo no se limita a las obras de arte, la arquitectura del lugar es en sí misma excepcional. Desde 1989, la pirámide de vidrio es el símbolo del museo. Si bien la obra de I.M Peï, erigida en el centro del Cour Napoleón es impresionante, su gemela invertida, que decora la galería comercial subterránea del Carrousel du Louvre lo es aún más. Tendrá la oportunidad de deambular por los alrededores y disfrutar del eclecticismo arquitectónico del lugar, descubriendo a la vez las tiendas de la galería comercial, que lo llevarán a la entrada el museo. Sin embargo, le desaconsejamos los restaurantes del Carrousel, que ofrecen platos costosos y con frecuencia de mala calidad, en un ambiente ruidoso y poco agradable.

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Nuestros hoteles recomendados en el barrio

5 estrellas:

Grand Hôtel du Palais Royal: las habitaciones son acogedoras y muy elegantes, algunas cuentan incluso con un balcón con vista a los monumentos de la ciudad.

Hôtel Pont Royal: idealmente situado en el corazón de Saint Germain des Prés, elegante y moderno, cuenta con un personal que hará todo lo posible para satisfacer sus exigencias.

4 estrellas:

Relais Hôtel du Vieux Paris: Construido en 1480, es uno de esos lugares donde presente y pasado se unen para formar una combinación perfecta.

Hôtel Villa d’Estrees: hotel de encanto y prestigio, le ofrece comodidad y servicio excepcionales, ubicado en el corazón del barrio latino.

Hôtel Royal Saint Honoré: cerca del Louvre y del Jardín de Tuileries, es el punto de partida ideal para descubrir la ciudad del amor a pie.

3 estrellas:

Hôtel le Relais des Halles: la atmósfera de este hotel lo seducirá y su ubicación ideal le permitirá acceder fácilmente a todos los monumentos de la capital.

Hôtel le Relais du Louvre: ubicado entre el Louvre y la Ile de la Cité, la armonía de colores y los muebles antiguos forman una decoración elegante que la vida a las diversas suites y habitaciones.

Hôtel Britannique: en una calle tranquila cerca del Sena, este encantador hotel da prioridad a la comodidad y la decoración acogedora.

 

Si desea visitar el barrio de la Opera, consulte este artículo (en francés).